Victims, Perpetrators, and Third-Generation Quests: The Traumatic Legacy of the Holocaust in Jane Yolen’s Briar Rose and Rachel Seiffert’s “Micha”

VICTIMS, PERPETRATORS, AND THIRD-GENERATION QUESTS: THE TRAUMATIC LEGACY OF THE HOLOCAUST IN JANE YOLEN’S BRIAR ROSE AND RACHEL SEIFFERT’S “MICHA” Alexandra Popa Este Trabajo de Fin de Grado se centra en la representación literaria de los traumas provocados por el Holocausto, tanto en víctimas como en victimizadores y, más específicamente, en la consecuencias que estos traumas tienen en los descendientes de unos y otros. Las dos obras objeto de estudio son Briar Rose (1992), de Jane Yolen, y “Micha”, uno de los tres relatos en The Dark Room (2002), de Rachel Seiffert. La novela de Yolen aborda el tema desde la perspectiva de las víctimas y sus descendientes, mientras que el relato de Seiffert lo hace desde la perspectiva de los perpetradores y sus descendientes. Las dos obras tratan de cómo la tercera generación se enfrenta a un pasado marcado por el Holocasuto y de cómo la nieta de una víctima (en Briar Rose) y el nieto de un perpetrador (en “Micha”) viajan hacia ese pasado para reconstruir las historias de sus antepasados y superar sus traumas. El ensayo está estructurado en las siguientes partes: 1) La primera parte es una introducción al trauma y su representación. Se abordan aquí nociones y conceptos tratados sobre todo por teóricos de la Escuela de Yale, como Cathy Caruth entre otros, y que resultan útiles para interpretar el tratamiento literario del Holocausto. Se consideran además otros aspectos teóricos relevantes para entender el trauma de las siguientes generaciones de víctimas y perpetradores y también los mecanismos para su superación. 2) La segunda parte se centra en Briar Rose, la novela de Jane Yolen, que relata el trauma de Gemma, una superviviente del Holocausto. Su nieta Rebecca es la que regresa al pasado para reconstruir la traumática historia de su abuela, que, mediante una versión distorsionada del cuento de la Bella Durmiente, fue capaz de verbalizar sus experiencias pasadas, si bien nunca de forma directa. De alguna manera, su supervivencia está ligada a la narrativa y al poder de las metáforas de los cuentos tradicionales como medio para superar el trauma. No obstante, su pasado permanece oculto hasta que su nieta decide adentrarse en él tras la muerte de Gemma. 3) La tercera parte aborda la representación de un trauma más complicado si cabe, o al menos, menos tratado en la literatura hasta hace unos años. El trauma del Holocausto se presenta aquí desde la perpectiva de un joven alemán, Micha, que descubre que su abuelo fue miembro de las Waffen SS y que se obsesiona con descubrir la implicación de su querido Opa [Grandpa] Askan en los crímenes del nazismo. El retrato de Micha es también el retrato del pueblo alemán marcado por la culpa y las implicaciones, décadas después, del pasado nazi. 4) Por último, la conclusión recoge algunos de los aspectos más importantes de los análisis desarrollados en los apartados anteriores, y que consideran tanto aspectos formales como de contenido. Se hace hincapié en lo que las dos obras comparten, atendiendo también a sus particularidades, y se reflexiona sobre el papel de la literatura y los relatos ficcionales a la hora de mantener vivo el recuerdo de un episodio trágico que marcó para siempre la historia de la humanidad